Un artículo de Tarik Bermejo
El Plan General de Carreteras de 1984, con un horizonte temporal inicial hasta 1991 y posteriormente ampliado hasta 1993, nació como respuesta a la urgente necesidad de realizar una planificación de las actuaciones llevadas a cabo. La Ley de Carreteras de 1974 daba un periodo de 2 años para la aprobación de un nuevo plan, que no se pudo llevar a cabo por las nuevas necesidades políticas y sociales de la época, por lo que desde 1977 los trabajos en carreteras se venían realizando sin la necesaria coordinación, tan sólo en base a un orden de preferencias según las necesidades, sin tener el carácter global que necesitaban.
Una vez realizadas las transferencias de carreteras a las distintas comunidades autónomas, con criterios bastante discutibles, se configuró la Red de Interés General del Estado (RIGE), compuesta inicialmente por 19 973 kilómetros, lo que venía a suponer tan solo el 25% de la primitiva red estatal. Definida la nueva red del Estado y establecidos los distintos objetivos del plan, las actuaciones se categorizaron en cuatro grandes grupos, que fueron:
- Programa de autovías.
- Programa de acondicionamiento de la red.
- Programa de reposición y conservación.
- Programa de actuaciones en medio urbano.
Centrándonos en el primer programa, se hizo una selección de itinerarios tras su estudio, quedando incorporados aquellos tramos que por razones de demanda o por criterios territoriales hacían necesario el desdoblamiento de la carretera existente, aumentando en general su capacidad y mejorando igualmente la seguridad vial. Las carreteras elegidas fueron generalmente itinerarios completos, con el fin de dar homogeneidad y continuidad a las actuaciones, pretendiendo aprovechar las infraestructuras existentes con el fin de ahorrar costes y mejorar su la rentabilidad.
Los objetivos deseados con la construcción de las autovías pueden resumirse en los siguientes puntos:
- Acortar o minimizar los desequilibrios regionales en la dotación de carreteras.
- Completar la red de alta capacidad, complementaria a las autopistas de peaje existentes.
- Aumentar la seguridad vial, reducir la siniestralidad y disminuir los tiempos de recorrido.
Los itinerarios con actuaciones sumaban un total de 2359 kilómetros, pretendiendo realizar las siguientes autovías, tal y como puede observarse en el esquema adjunto:
- Autovía de Aragón, tramo Madrid-Zaragoza.
- Autovía de Levante, para conectar Madrid con Valencia y Alicante por Almansa.
- Autovía de Andalucía entre Madrid y Sevilla por Bailén.
- Autovía de Extremadura, para conectar con Portugal vía Badajoz.
- Autovía del Noroeste, conexión Adanero-Tordesillas-Benavente.
- Autovía de Castilla, en el tramo Burgos-Tordesillas.
- Autovía Alicante-Murcia-Puerto Lumbreras.
- Autovía Murcia-Cartagena.
- Autovía Campomanes-Oviedo.
- Autovía Tuy-frontera portuguesa.
- Autovía Santander-Torrelavega.
- Autovía Madrid-Toledo.
- Autovía Málaga-Algeciras.
- Autovía Huelva-Sevilla.
Para realizar dichos trabajos el entonces Director General de Carreteras, Enrique Balaguer, nombró a los llamados siete magníficos, ingenieros que se encargaron de las obras de muchos tramos, según una sectorización realizada de la red.