Restaurante atípico y anómalo
donde los haya, tampoco podríamos decir que este sea un restaurante de
carretera en el sentido estricto de la palabra, si bien sólo un tupido seto le
separa de una de ellas, concretamente la CV-7340, en la partida de Las Rotas,
Denia (Alicante). Para empezar, en la Casa Vasca (teléfono 966 423 477) no se
admiten tarjetas de crédito ni dispone de servicio de bar, como anuncia
oportunamente con elocuentes carteles en la entrada. Para continuar, sólo es
posible comer o cenar a la carta los fines de semana, pues los días laborables
únicamente ofrece un menú completo y abundante a mediodía al precio módico de
10 €, lo que le convierte de inmediato en un lugar a considerar para quienes
gusten de la comida casera sencilla, económica y bien hecha, aunque a veces
pueda resultar un tanto de batalla. Y también en este aspecto conviene destacar
que el menú diario de la Casa Vasca tiene unas peculiaridades muy concretas que
forman parte esencial de la filosofía del establecimiento. Por ejemplo, siempre
es necesario reservar con unas horas de antelación, pues aquí sólo se cocina la
cantidad más o menos exacta de alimentos que van a consumir los comensales diarios,
y esto quiere decir que sin reserva previa no comes, aunque haya mesas libres,
porque simplemente no hay comida para ti. Por este motivo el primer plato nunca
lo elige el cliente, sino que viene dispuesto por el restaurante, y consiste en
una generosa perola con un guiso de cuchara que varía de lunes a viernes entre
las lentejas, los garbanzos guisados, el marmitako, las patatas con costillas,
la purrusalda, las judías pochas con almejas y otros platos recios similares de
los que los comensales podrán repetir casi a placer, pues la perola se queda en
la mesa y es en verdad muy abundante. Previamente nos habrán servido un somero
aperitivo con una loncha de jamón y la preceptiva ensalada para entretener la
espera, una ensalada igualmente copiosa y surtida, en la que no se escatima
para nada con el atún, el tomate, la zanahoria rallada y las aceitunas, aunque
sí, paradójicamente, con la cebolla.
Llegados a los segundos platos, aquí sí podemos
elegir entre carne o preferentemente pescado, esto es, filete de ternera,
escalope empanado, lomo de cerdo, trucha a la navarra, pescadilla, salmón, caballa
a la plancha, gallo, boquerones fritos, y bacalao y merluza a la romana,
cualquiera de estos platos con su correspondiente guarnición de patatas fritas.
La carne muy correcta y bien cocinada, y el pescado de gran calidad, sumamente
fresco e impecablemente preparado, con raciones generosas que a veces pueden
resultar incluso excesivas. Pan, vino, postre y café completan muy honrosamente
el menú diario de 10 € en este local familiar que lleva varias décadas
funcionando con esta sencilla fórmula de éxito que le ha procurado una
clientela fiel y asidua que se encuentra aquí como en su propia casa.
No hay lugar para lujos, alardes
ni filigranas en la Casa Vasca, que ciertamente necesitaría una reforma en sus
instalaciones y una renovación de la vajilla, demasiado antiguas y gastadas ambas, pero
formalmente su funcionamiento es muy razonable. Dispone de un pequeño comedor
interior de inspiración náutica, con barómetros, rosas de los vientos, maquetas
de barcos, timones y otros elementos navales decorando sus paredes, y una
amplia terraza exterior que resulta muy agradable en primavera y verano cuando
las temperaturas acompañan.
Los fines de semana la Casa Vasca
se convierte en un restaurante convencional y ya es posible comer a la carta
(de hecho no hay menú), y su gastronomía y su precio suben lógicamente varios
enteros, pero es entonces cuando hace honor a su origen vizcaíno (Juanjo y
Merche, los dueños, son oriundos de Ciérvana), y es posible degustar un
excelente buey de mar en txangurro, unas magníficas almejas a la marinera,
diversos pescados y mariscos y otras viandas típicas de la cocina vasca
tradicional elaboradas con gran maestría y buen hacer, si bien la carta no es
muy extensa, todo hay que decirlo, y desde luego en esta tierra mediterránea y
arrocera por excelencia ellos no hacen arroces, que para eso existen muchos
otros restaurantes de cocina alicantina más o menos reputados.
En resumen, la Casa Vasca de Las
Rotas es un restaurante modesto y sencillo que sin grandes pretensiones ni
artificios, tan al uso hoy en día, ofrece una excelente relación calidad-precio,
sobre todo en sus menús diarios, y una muy satisfactoria cocina tradicional con
productos frescos y bien elaborados que colman las expectativas de gran número
de comensales asiduos entre los que me encuentro, motivos sobrados que me han
parecido de interés a la hora de dedicarle este breve reportaje en el blog.