MENÚ DE NAVEGACIÓN

viernes, 1 de diciembre de 2017

EL PLAN DE ACCESOS A GALICIA





Un artículo de Tarik Bermejo



Introducción y breve síntesis histórica


Galicia ocupa la zona noroccidental de la Península Ibérica, y para acceder hay que sumar las grandes distancias desde otras partes del territorio y las difíciles condiciones orográficas para su acceso, explicadas, en parte, por los límites territoriales impuestos por la frontera con Portugal. Con un fuerte contraste orográfico, su territorio dispone de una buena cantidad de cursos fluviales que por lo general no son aptos para la navegación, excepto para hacerlo en pequeñas barcas. De ahí que para su acceso haya que atravesar distintos sistemas montañosos, como la sierra del Caurel, sierra de la Queixa, sierra de los Ancares, etc.

En la antigüedad, los iniciales viajes a pie fueron tornándose en viajes a lomos de bestias y otros animales de tiro. Parece ser que en época romana debieron existir en Galicia varias calzadas principales que sirvieran de comunicación; basándose en la literatura tradicional sobre este tema, se pueden enumerar las siguientes fuentes de información para conocer las calzadas romanas, que no pretende ser exhaustiva:

  1. Itinerario de Antonino: su origen es difuso, aunque algunas fuentes lo atribuyen al emperador Antonino Caracalla, y otras fuentes a comerciantes anónimos a los que le servía de guía. Es una recopilación de muchos de los caminos del Imperio, en total 372 calzadas con unos 80 000 kilómetros, definiendo los lugares y mansiones por las que el camino estaba trazado, y lo más importante, indicando la distancia entre ellos. Sin embargo parece que este repertorio sólo abarca las calzadas principales costeadas por la hacienda pública, por lo que es un documento parcial.
  2. Vasos de Vicarello o Apolinares: son cuatro vasos que tienen ese nombre debido al lugar donde fueron encontrados, Vicarello, cerca de Roma. Tienen grabados itinerarios desde Cádiz hasta Roma.
  3. Tabula Peutingeriana: es un documento de gran extensión (6,80 metros de largo por 0,34 metros de ancho) en el que se reflejan las mansiones existentes y las vías que las atravesaban. No obstante se ha perdido el trozo donde estaba representada Hispania, trozo que se reconstruyó a base de otros documentos.

    FIGURA 1. Detalle de la Tabula Peutingeriana.
  4. Anónimo de Rávena: con un origen relacionado con la Tabula enunciada anteriormente, en este documento aparecen algunos itinerarios y sus lugares de paso, pero sin indicar distancias, en lo que parece ser una cosmografía del entonces mundo conocido.
  5. Tablillas de Astorga: existe una gran controversia sobre la autenticidad de estas tablas de barro; en cualquier caso, recogen unos itinerarios del noroeste de la Península Ibérica.

Eduardo Saavedra, en su discurso de entrada a la Real Academia de la Historia en 1862, presentó un plano en el que definía y enumeraba los treinta y cuatro itinerarios de Antonino que se desarrollaban en la Península.

martes, 7 de noviembre de 2017

LA CASILLA DE PEONES CAMINEROS DE DÉNIA




Un artículo de Route 1963 publicado en CANFALI MARINA ALTA el día 4 de noviembre de 2017




LA CASILLA DE PEONES CAMINEROS DE DÉNIA

Casi en su estado original pervive esta casilla de peones camineros en la partida Madrigueres, a espaldas del Hospital de Dénia. Como es bien sabido, los peones camineros se encargaron del mantenimiento y conservación de las carreteras españolas desde mediados del siglo XVIII hasta mediados del XX, cuando la profesión se fue extinguiendo, y para tal fin residían permanentemente con sus familias en estas viviendas toscas, mal acondicionadas y generalmente establecidas en mitad del campo y muy alejadas de las poblaciones. Llegaron a existir miles de casillas por todo el país, y con la progresiva extinción de la categoría laboral de sus moradores la mayor parte de ellas fueron directamente demolidas, o bien abandonadas a su suerte hasta que el paso del tiempo las ha ido convirtiendo en meras ruinas de cascotes y escombros condenados al olvido. En la comarca de la Marina Alta y en otras comarcas de la provincia de Alicante perviven varios ejemplares de estas casillas en mejor o peor estado de conservación, e incluso algunas han sido restauradas y rehabilitadas para diferentes usos.

En las carreteras que transitan por el término municipal de Dénia existieron en tiempos otras casillas de peones camineros, ya desaparecidas, pero el ejemplar que todavía se conserva fue construido probablemente a principios de los años cuarenta del pasado siglo, abandonándose tal vez a principios o mediados de los sesenta. Pertenecía a la antigua carretera comarcal C-3311 (Albaida-Dénia), actualmente denominada CV-7221, y en uno de los laterales de la casilla todavía se intuyen en el rótulo azul semiborrado las distancias indicadas a Cocentaina (64 kms), y a Ondara (4 km). En el lateral opuesto, el rótulo ahora completamente ilegible indicaría la distancia de 4 kms. a Dénia. En las proximidades de la casilla se conserva muy deteriorado también el primitivo hito de la Instrucción de Carreteras de 1939 que marca el punto kilométrico 63 de la citada C-3311.

En lo que respecta al estado de conservación de esta casilla, exteriomente se observa que es impecable, con sus muros de piedra en perfectas condiciones, sin grietas ni boquetes abiertos. Igualmente, las ventanas de la fachada, los muros del corral o patio trasero y la única puerta de acceso al interior de la casilla (que conserva la persiana de cáñamo original y el rótulo superior de Peones Camineros perfectamente legible) se mantienen en su estado primitivo, si bien acusan el paso del tiempo y el abandono, más notable en el tejado. Hace algunos años pude asomarme furtivamente a través de una abertura en la malla metálica de una de las ventanas, y lo que vi corrobora de manera fehaciente el abandono del interior de la casilla —al menos en aquel momento—, lleno de maleza y de enseres viejos amontonados de cualquier manera. Durante algún tiempo después de su cierre definitivo seguramente se siguió usando como almacén de materiales relacionados con la conservación de la carretera, pero posteriormente acabaría por perder incluso esta utilidad, y la única razón por la que no ha sido demolida responde, quizá, al hecho de que se encuentra en un entorno urbanizado. De haberse ubicado en una zona rural aislada, como era el caso de la mayoría de las casillas, es seguro que habría desaparecido hace muchos años.

En conclusión, ¿qué podría hacerse con esta casilla de peones camineros, única en el término municipal de Dénia? Indudablemente, rehabilitarla y conservarla en buenas condiciones para, posteriormente, incluso encontrarle alguna nueva utilidad funcional, ya fuese como vivienda, comercio, oficina o dependencia turística o cultural. Es cierto que carece de valor arquitectónico, pero sí tiene un gran valor histórico y patrimonial, y el organismo competente de quien dependa debería velar por su preservación. Dejo aquí hecha la propuesta, para que pueda ser considerada.


jueves, 2 de noviembre de 2017

PEONES CAMINEROS. UN OFICIO EXTINGUIDO.




Un reportaje de Route 1963


No soy periodista, pero desde el pasado mes de agosto, por circunstancias que no vienen al caso, vengo colaborando con regularidad en el periódico semanal CANFALI MARINA ALTA (edición impresa) que se publica en Dénia, capital de la comarca alicantina de la Marina Alta. Cada semana envío un artículo de opinión que aparece publicado el sábado correspondiente. Tengo absoluta libertad para escribir sobre los temas que considere oportunos, y hasta el momento lo cierto es que no he escrito ni un solo artículo de opinión propiamente dicho, sino más bien artículos autobiográficos y de divulgación sobre diferentes aspectos relacionados con la ciudad de Dénia y su comarca. Mi colaboración es completamente amateur y no percibo ninguna remuneración por ella. Este periódico, fundado en 1976, tiene una tirada de unos 8000 ejemplares y su difusión está restringuida al ámbito comarcal. Cuenta también con una edición digital diaria.

El último artículo que he publicado en dicho periódico el pasado sábado 28 de octubre tiene relación muy directa con la carretera y su pasado, pues trata precisamente de los peones camineros, una profesión ya extinguida. Por su interés he decidido dedicarle la presente entrada del blog. La fotografía que acompaña tanto esta entrada como el artículo del periódico pertenece al Archivo Fundación Telefónica.




PEONES CAMINEROS. UN OFICIO EXTINGUIDO

El Cuerpo de peones camineros fue creado en España en 1759 con la misión de velar por el adecuado mantenimiento y conservación de las carreteras en todo el territorio nacional, desarrollando su cometido durante dos siglos, hasta que a mediados del XX tuvo lugar su extinción definitiva. Los peones camineros ocupaban el escalafón más bajo entre los funcionarios del Estado, y su trabajo, aunque vitalicio, era muy exigente y estaba mal remunerado. A cambio de un mísero salario trabajaban casi de sol a sol siete jornadas semanales en invierno y en verano, incluso en condiciones climáticas extremas, dedicados a su trozo de carretera, que tenía una longitud de una legua (5,5 kms.) y debían recorrer íntegro a pie al menos cada dos días, efectuando en él las reparaciones que fuesen necesarias, estando para tal fin convenientemente dotados de utensilios y herramientas manuales muy rudimentarias. En sus orígenes los peones camineros desempeñaron también funciones de seguridad y vigilancia en las carreteras, y tenían potestad para detener a malhechores y maleantes y entregarlos a las autoridades de las poblaciones más cercanas. Cuando se tendieron las líneas telegráficas y posteriormente las telefónicas, que seguían el trazado de las carreteras, se les encomendó igualmente su vigilancia, en prevención de sabotajes.

Pese a todo, la profesión de peón caminero gozaba de buena reputación y gran demanda social en unos tiempos en los que la miseria y el hambre eran moneda común en España. No en vano los peones camineros, aunque mal retribuidos, como funcionarios del Estado podían conservar su trabajo hasta la jubilación y percibían regularmente su salario, lo que les procuraba una seguridad de la que carecían la mayor parte de los trabajadores. Además, y no era una cuestión menor, recibían también una vivienda estable, si bien humilde, mal acondicionada y aislada en mitad del campo junto al sector de carretera que les había sido encomendado, pero una vivienda gratuita, al fin y al cabo. Eran las conocidas como casillas de peones camineros, que proliferaron por toda la geografía nacional constituyendo un elemento característico del paisaje de nuestras carreteras. Existieron diferentes tipos de casillas a lo largo del tiempo, pero básicamente se desarrollaron dos modelos, según fuesen para uno o para dos peones y sus respectivas familias, pues los peones camineros residían permanentemente con su parentela, si la tenían, en estas construcciones toscas y elementales que disponían de un patio o corral trasero tapiado destinado al pequeño cultivo agrícola o a la crianza de animales para la propia manutención de sus moradores. En estos corrales era también frecuente el establecimiento de un pozo de agua potable para el regadío y suministro de los residentes.

Las casillas de peones camineros jalonaban todas las carreteras españolas de primero, segundo y tercer orden, estableciéndose una en cada legua del recorrido. Con la implantación del Sistema Métrico Decimal a mediados del siglo XIX, se hicieron propósitos para establecer un peón caminero con su correspondiente casilla cada tres kilómetros, pero en muy contadas ocasiones se pudo llevar a efecto esta medida. El desarrollo de las comunicaciones y de la maquinaria de obras públicas especializada en los más tempranos años del siglo XX, trajo consigo la paulatina desaparición de los peones camineros y el abandono y la ruina de la mayor parte de las miles de casillas que ocupaban a lo largo y ancho del territorio nacional. Unas pocas aún sobreviven en mejor o peor estado de conservación, e incluso algunas han sido restauradas y destinadas a diferentes usos. En el término municipal de Dénia se conserva todavía una de estas casillas casi en su estado original. Hablaremos de ella próximamente.


miércoles, 25 de octubre de 2017

ANTIGUAS CARRETERAS NACIONALES DE ESPAÑA



Lista completa de todas las antiguas carreteras nacionales de España


En la página que enlazamos a continuación listamos todas las carreteras nacionales españolas definidas en el llamado «Plan Peña» (1939), cuando se crearon, más aquellas que han nacido bajo su vigencia, es decir, en el periodo comprendido entre 1939 y los años 80, de una forma organizada, poniéndolas a disposición de cualquier persona que desee obtener cualquier dato de estas carreteras.

Aunque la categoría de carretera nacional sigue existiendo en España, algunas de estas carreteras nacidas en el periodo descrito anteriormente desaparecieron en los años 80 fruto de las transferencias a las diferentes comunidades autónomas, aunque la mayoría siguieron existiendo (y existen, o han sido transformadas en autovías).

En esta lista no mostramos las nacionales más modernas, es decir, aquellas que han sido creadas con posterioridad a los años 80 y que, por consiguiente, nunca estuvieron reflejadas en el Plan Peña original ni existieron bajo la vigencia de este.

No solo incluimos la lista completa de antiguas nacionales, sino que proporcionamos además una explicación acerca de qué eran estas carreteras, cómo surgieron y cuáles eran las reglas que regían (y rigen, en la mayoría de los casos) su numeración.



viernes, 20 de octubre de 2017

LAS AVENTURAS DEL SARGENTO NOGUERAS Y EL GUARDIA BRIONGOS. (Motoristas de la Guardia Civil de Tráfico). 22ª Entrega y última


Este es un relato de ficción. Todos los personajes, los lugares y las situaciones son, por lo tanto, imaginarios, y cualquier parecido con la realidad ha de considerarse como una mera coincidencia. Fue publicado por primera vez en el año 2004 en un foro motorista de internet, y debido a determinados pasajes escabrosos de la narración se hizo necesario aplicarle algún tipo de omisión o censura en alguna de las entregas. Se ofrece ahora íntegro en su versión original en este blog, y por tal motivo hemos de advertir que LA LECTURA DE ESTE RELATO NO ES ADECUADA PARA MENORES DE DIECIOCHO AÑOS.



Un relato de Route 1963

Nogueras estuvo largo rato sin decir nada, sumido en una especie de letargo reconcentrado y meditativo, pese a que se le había quedado la mente en blanco y era incapaz de elaborar reflexión alguna. Apoyó los codos en el depósito de la moto y se tapó la cara con las manos. Recordaba haber leído en algún libro, aunque no sabía en cuál, una frase que decía que quien en su desdicha se cubría el rostro con las manos parecía que se estaba haciendo la mascarilla de su pena. Pero no era pena lo que él sentía, quizás, sino sólo un estupor colosal que le provocaba un zumbido agudo en los oídos y le nublaba la vista. Soplaba un viento fresco y agradable en la explanada del Alto del Tossal que mitigaba deliciosamente los calores de la tarde de agosto. El sargento Ceferino le tocó suavemente en el hombro.

Me tengo que llevar un momento tus papeles —le explicó como si sintiera cierta lástima de él—, y lo más probable es que no pueda devolvértelos. Pero en todo caso que sepas que las motos se van a quedar inmovilizadas aquí mismo.

Nogueras se volvió. Su mirada turbia evidenciaba toda la intensidad de su triste abatimiento.

Oye, Seferino...

Dime.

¿No habrá alguna manera de arreglar esto, de taparlo..., no sé..., de evitar que llegue a conosimiento de las instansias superiores? Tú ya me entiendes.

Ceferino negó tajantemente con la cabeza.

Claro que te entiendo, Nogueras, pero no. Ya te he dicho antes que os habíais caído con todo el equipo. Y en lo que a mí me compete, yo no puedo hacer nada que no sea cumplir escrupulosamente con mi obligación. Ponte ahora en mi lugar y entiéndeme tú a mí.

martes, 10 de octubre de 2017

LAS AVENTURAS DEL SARGENTO NOGUERAS Y EL GUARDIA BRIONGOS. (Motoristas de la Guardia Civil de Tráfico). 21ª Entrega


Este es un relato de ficción. Todos los personajes, los lugares y las situaciones son, por lo tanto, imaginarios, y cualquier parecido con la realidad ha de considerarse como una mera coincidencia. Fue publicado por primera vez en el año 2004 en un foro motorista de internet, y debido a determinados pasajes escabrosos de la narración se hizo necesario aplicarle algún tipo de omisión o censura en alguna de las entregas. Se ofrece ahora íntegro en su versión original en este blog, y por tal motivo hemos de advertir que LA LECTURA DE ESTE RELATO NO ES ADECUADA PARA MENORES DE DIECIOCHO AÑOS.



Un relato de Route 1963

Hay algunas situaciones concretas de la vida en las que no querrías ser tú, con tu nombre y apellidos, ni hallarte dentro de tu cuerpo, ni encontrarte en el lugar en el que te encuentras. Eso fue lo primero que pensó Nogueras en aquel nefasto trance. Y sin embargo era él, con su nombre y apellidos —Vicente Nogueras Claramunt—, y se hallaba dentro de su cuerpo ceñido por un mono de cuero, y se encontraba precisamente allí, en la explanada de la cima del Alto del Tossal, a casi dos mil metros de altitud, cuando aquel hombre con uniforme y gorra verdes que llevaba una pistola al cinto le hizo señas imperativas con el brazo para que se detuviera. Ahora sí que la hemos jodido, se dijo Nogueras en voz alta mientras apretaba con fuerza la maneta de freno de la ZZR-1100 al tiempo que iba bajando marchas para reducir su velocidad. Naturalmente la tentación de huir le asaltó al instante, como sabía que le asaltaba a tanta gente que huía, de hecho, de los controles de carretera en los que él mismo intervenía con frecuencia en el ejercicio de su rutina laboral. Y alguno de estos conductores fugitivos todavía tenía la fortuna de poder evitar severas sanciones denunciando en falso el robo del vehículo, aunque lo habitual solía ser que se descubriera el engaño y se agravase la cuantía de la multa. De todos modos después vio por los retrovisores como un segundo hombre vestido de verde y con pistola al cinto hacía también señas a Venancio para que se detuviera, cosa que él hizo sin titubear poniendo el intermitente derecho, así es que esto ya terminó por disuadir a Nogueras de cualquier tentación de huir. Resignado a su suerte paró la moto y se puso a esperar las malas noticias que a buen seguro estaban por llegar. Ahora sí que la hemos cagado, no cesaba de repetirse a sí mismo, la hemos cagado pero bien.

Por supuesto, aquella carrera temeraria que venían disputando hasta ese momento acababa de ser abortada de manera expeditiva sin que hubiese un vencedor final. Pero ya no era esta la carrera que a Nogueras le preocupaba, sino otra: su carrera profesional, esto es, su porvenir inmediato como agente en activo de la Guardia Civil de Tráfico. Porque, o mucho se equivocaba, o aquel tremendo traspiés que acababa de dar en compañía de Venancio podía acarrearle muy graves perjuicios e incluso la inmediata expulsión del benemérito Cuerpo.

martes, 5 de septiembre de 2017

ANTIGUO TRAMO DE LA N-320 EN HORCHE (GUADALAJARA)




Un artículo de J. Pozuelo


Nadie pone en duda que, en las últimas décadas, todo lo relacionado con el mundo de las carreteras y el transporte ha dado un vuelco radical en nuestro país, si retrocedemos en el tiempo a mediados del pasado siglo XX (un tiempo no tan lejano como pudiera parecer a priori). El mundo progresa y evoluciona, y las carreteras y elementos relacionados no iban a ser menos, por supuesto: nuevos firmes y normas de trazado que ofrecen comodidad y seguridad a los usuarios, sistemas de señalización y contención, vehículos espaciosos y con elementos para el máximo confort de sus ocupantes...

Sin embargo, a pesar de la absoluta modernización y evolución de las carreteras en las últimas décadas, de las grandes transformaciones y mejoras que estas han sufrido, y de todos los avances correspondientes, en nuestro país aún se conservan fragmentos de esas antiguas carreteras cuyo aspecto ha permanecido prácticamente igual que hace décadas (cosa que los amantes de la carretera y sus elementos históricos agradecemos). Hablamos de cuando estas eran estrechas y reviradas, los firmes dejaban bastante que desear (si no se trataban de caminos de tierra), la señalización era un lujo escaso y los viajes eran largos y complicados, y que nos retrotraen a esos tiempos ya lejanos y casi olvidados, en una especie de ejercicio de nostalgia de tiempos que muchos de nosotros ni siquiera hemos llegado a conocer, pero que aun con todo no podemos evitar sentir.

En este reportaje fotográfico vamos a visitar uno de estos viejos tramos.

Nos encontramos en la localidad de Horche, en la provincia de Guadalajara y a 12 km de su capital, en plena comarca de La Alcarria. En las cercanías de la población, rodeándola parcialmente, encontramos un antiguo tramo de la carretera N-320, originalmente nacional de Albacete a Guadalajara por Cuenca, y hoy de Cuenca a Venturada (Madrid). Se trata de un tramo de 3,7 km de longitud, estrecho y lleno de curvas debido a la orografía cercana al pueblo que la carretera debía salvar.

viernes, 18 de agosto de 2017

LAS AVENTURAS DEL SARGENTO NOGUERAS Y EL GUARDIA BRIONGOS. (Motoristas de la Guardia Civil de Tráfico). 20ª Entrega


Este es un relato de ficción. Todos los personajes, los lugares y las situaciones son, por lo tanto, imaginarios, y cualquier parecido con la realidad ha de considerarse como una mera coincidencia. Fue publicado por primera vez en el año 2004 en un foro motorista de internet, y debido a determinados pasajes escabrosos de la narración se hizo necesario aplicarle algún tipo de omisión o censura en alguna de las entregas. Se ofrece ahora íntegro en su versión original en este blog, y por tal motivo hemos de advertir que LA LECTURA DE ESTE RELATO NO ES ADECUADA PARA MENORES DE DIECIOCHO AÑOS.



Un relato de Route 1963

Nogueras llegó corriendo hasta su moto, le quitó el candado de disco y puso en marcha el motor. Apenas si perdió tiempo en ello, pero para entonces el sargento Venancio ya corría como un endemoniado por la nacional 296 camino del Alto del Tossal envuelto en un bramido ensordecedor. No podía decirse que la carrera empezase muy bien para Nogueras, precisamente.

Nada más empezar a rodar por las interminables rectas de la 296 bajo el sol inclemente de agosto, Nogueras fue consciente de las enormes dificultades que presentaba para él aquel reto que le enfrentaba a Venancio. Ya resultaba preocupante, en principio, que el propio Venancio hubiera decidido de manera unilateral resumir todas las reglas de la carrera en una, es decir, en ninguna, como él mismo acababa de comunicarle. Entendiendo esto al pie de la letra era de suponer que valía todo, absolutamente todo, con tal de llegar el primero a la Venta la Reme, y dentro de ese todo tan genérico cabían las trampas (tomar atajos, por ejemplo), las maniobras sucias (obstaculizar al rival en la carretera cerrándole el paso), y las acciones ya propiamente homicidas (tratar de tirarle de la moto o hacer que se cayera por otros medios, sin ir más lejos). No había que descartar que, llegado el caso, Venancio emplease alguna de esas tácticas rastreras si ello convenía a sus intereses. Esta carrera insensata podía ser cualquier cosa menos un duelo entre caballeros, quizá porque ellos mismos, pensó Nogueras, despojados de sus uniformes de la Guardia Civil perdían buena parte de su honorabilidad para convertirse en unos vulgares energúmenos capaces de los mayores desatinos.

domingo, 30 de julio de 2017

LAS AVENTURAS DEL SARGENTO NOGUERAS Y EL GUARDIA BRIONGOS. (Motoristas de la Guardia Civil de Tráfico). 19ª Entrega


Este es un relato de ficción. Todos los personajes, los lugares y las situaciones son, por lo tanto, imaginarios, y cualquier parecido con la realidad ha de considerarse como una mera coincidencia. Fue publicado por primera vez en el año 2004 en un foro motorista de internet, y debido a determinados pasajes escabrosos de la narración se hizo necesario aplicarle algún tipo de omisión o censura en alguna de las entregas. Se ofrece ahora íntegro en su versión original en este blog, y por tal motivo hemos de advertir que LA LECTURA DE ESTE RELATO NO ES ADECUADA PARA MENORES DE DIECIOCHO AÑOS.



Un relato de Route 1963

¡Son tiros! —dijo Mónica asustada.

No son tiros —replicó el sargento con voz agria—. ¡Ahí está, ese maldito cabrón! Ya me había olvidado de él.

¿Quién es?

El chulo de Venansio —dijo Nogueras con desprecio—. Creo que es amigo tuyo, ¿no?

Sonaron más estampidos. Mónica abrazó al sargento como si buscara su protección.

No es amigo mío —explicó la chica temblando de miedo—. Viene por aquí a menudo y ni siquiera le soporto.

¡Mírale, qué gilipollas! ¡Va a quemar la moto con esas tonterías!

¿Y ese ruido tan espantoso?

Está hasiendo cortes de ensendido, el muy animal.

Mónica le miró con incredulidad.

¿Cortes de qué?

Déjalo, xiqueta, vamos a vestirnos ahora mismo. Este imbésil querrá entrar aquí. Y acaba de aguarnos la fiesta.

viernes, 14 de julio de 2017

LAS AVENTURAS DEL SARGENTO NOGUERAS Y EL GUARDIA BRIONGOS. (Motoristas de la Guardia Civil de Tráfico). 18ª Entrega


Este es un relato de ficción. Todos los personajes, los lugares y las situaciones son, por lo tanto, imaginarios, y cualquier parecido con la realidad ha de considerarse como una mera coincidencia. Fue publicado por primera vez en el año 2004 en un foro motorista de internet, y debido a determinados pasajes escabrosos de la narración se hizo necesario aplicarle algún tipo de omisión o censura en alguna de las entregas. Se ofrece ahora íntegro en su versión original en este blog, y por tal motivo hemos de advertir que LA LECTURA DE ESTE RELATO NO ES ADECUADA PARA MENORES DE DIECIOCHO AÑOS.



Un relato de Route 1963

Los primeros manejos de Mónica en aquellos pantalones no dieron ningún fruto. Estaban muy ceñidos y eran tan difíciles de desabrochar como antes lo habían sido de abrochar. Pero la mayor dificultad residía en el hecho de que formaban parte inseparable del mono de una pieza. Para evitar que la chica se cansara y perdiera el interés en el asunto, Nogueras decidió colaborar gustosamente liberándose de la parte superior del mono. Después sacó los brazos y el torso, se quitó la camiseta y se quedó sentado esperando.

Quítame las botas primero y luego tira de los pantalones —le dijo a Mónica.

Ella obedeció. Le desabrochó las botas y las arrojó lejos, junto a sus zapatos verdes de tacón, que estaban caídos frente al mostrador del bar. Después Nogueras levantó el culo de la mesa y Mónica tiró de sus pantalones enérgicamente. Al hacerlo, los calzoncillos del guardia se desplazaron también hacia abajo unos centímetros, los suficientes como para que su miembro enhiesto asomase por fin brincando en mitad de una cómica cabriola. La camarera soltó una carcajada.

¡Qué poderío, sargento, qué poderío! —repitió ella sin poder contener la risa.

sábado, 1 de julio de 2017

LAS AVENTURAS DEL SARGENTO NOGUERAS Y EL GUARDIA BRIONGOS. (Motoristas de la Guardia Civil de Tráfico). 17ª Entrega


Este es un relato de ficción. Todos los personajes, los lugares y las situaciones son, por lo tanto, imaginarios, y cualquier parecido con la realidad ha de considerarse como una mera coincidencia. Fue publicado por primera vez en el año 2004 en un foro motorista de internet, y debido a determinados pasajes escabrosos de la narración se hizo necesario aplicarle algún tipo de omisión o censura en alguna de las entregas. Se ofrece ahora íntegro en su versión original en este blog, y por tal motivo hemos de advertir que LA LECTURA DE ESTE RELATO NO ES ADECUADA PARA MENORES DE DIECIOCHO AÑOS.



Un relato de Route 1963

La chica exhaló un tímido gemido —o eso al menos es lo que creyó oír Nogueras— y tensó su cuerpo primero para luego relajarlo poco a poco hasta alcanzar un desmadejamiento cercano al desmayo, o al éxtasis, tanto que a él le pareció que se le iba a quedar yerta sobre la mesa. Separó ligeramente sus labios de los de ella y le habló con un hilo de voz:

¡Qué barbaritat, xiqueta! ¿Y todo esto es tuyo de verdat?

Entonces Mónica, volviendo a reaccionar, le plantó la mano izquierda sobre el bulto palpitante que moraba dentro de los pantalones de cuero. Nogueras, que con mucho menos ya había alcanzado los estadios superiores de la plenitud, pensó ahora que terminaría aullando como un lobo más pronto que tarde, pero por si acaso se aferró aún con más fuerza a los pechos de la camarera metiendo por fin las manos en el interior de la blusa. Ella hizo lo propio y le atrajo hacia sí tirándole de la bragueta mientras le decía en un tono insinuante:

Todo eso es mío y ahora también suyo, sargento.

Pero tutéame, nena, tutéame —le pidió Nogueras—. Yo creo que en esta situasión...

Ella no tardó ni un segundo en tomarse la invitación de Nogueras al pie de la letra, y aún más:

¡Me pones a tope, sargento, a tope! ¡Bésame, cabrón!

jueves, 22 de junio de 2017

LAS AVENTURAS DEL SARGENTO NOGUERAS Y EL GUARDIA BRIONGOS. (Motoristas de la Guardia Civil de Tráfico). 16ª Entrega


Este es un relato de ficción. Todos los personajes, los lugares y las situaciones son, por lo tanto, imaginarios, y cualquier parecido con la realidad ha de considerarse como una mera coincidencia. Fue publicado por primera vez en el año 2004 en un foro motorista de internet, y debido a determinados pasajes escabrosos de la narración se hizo necesario aplicarle algún tipo de omisión o censura en alguna de las entregas. Se ofrece ahora íntegro en su versión original en este blog, y por tal motivo hemos de advertir que LA LECTURA DE ESTE RELATO NO ES ADECUADA PARA MENORES DE DIECIOCHO AÑOS.



Un relato de Route 1963

La camarera frunció el ceño y le miró con desconfianza. Después giró sobre sus rodillas y se sentó en el centro la mesa con las piernas abiertas. Los tacones se clavaban ahora en el tablero de madera como si fueran los garfios de un pirata. Sus bragas negras asomaban sin ningún pudor a través de la abertura de la minifalda. Nogueras empezó a marearse.

¡Vaya —exclamó ella con una media sonrisa—, ahora resulta que el sargento nos ha salido fetichista! ¿O es que tiene usted miedo de mis tacones, Nogueras?

¿Qué número de sapato calsas? —le dio por preguntar a él, para ganar tiempo y, ya de paso, resolver otra de sus dudas pendientes.

Un treinta y ocho, ¿por qué?

Por nada, por nada —respondió el sargento distraídamente, mientras recordaba que ese era por casualidad el número de los zapatos rojos de su mujer, que ahora llevaba debajo del asiento de la moto con la idea peregrina de que, quizá alguna vez, pudiera llegar a calzárselos la propia Mónica.

Le voy a dar una tercera oportunidad —anunció la chica complaciente mientras se quitaba los zapatos, primero uno, luego otro, y los arrojaba junto al mostrador del bar.

lunes, 5 de junio de 2017

LAS AVENTURAS DEL SARGENTO NOGUERAS Y EL GUARDIA BRIONGOS. (Motoristas de la Guardia Civil de Tráfico). 15ª Entrega


Este es un relato de ficción. Todos los personajes, los lugares y las situaciones son, por lo tanto, imaginarios, y cualquier parecido con la realidad ha de considerarse como una mera coincidencia. Fue publicado por primera vez en el año 2004 en un foro motorista de internet, y debido a determinados pasajes escabrosos de la narración se hizo necesario aplicarle algún tipo de omisión o censura en alguna de las entregas. Se ofrece ahora íntegro en su versión original en este blog, y por tal motivo hemos de advertir que LA LECTURA DE ESTE RELATO NO ES ADECUADA PARA MENORES DE DIECIOCHO AÑOS.



Un relato de Route 1963

Cuando llegó de nuevo al salón del bar se encontró a la camarera barriendo el suelo con un cepillo. Había restos de botellas y vasos rotos por todas partes, líquidos derramados, trozos grasientos de bocadillo, servilletas de papel, palillos de dientes, colillas y huesos de aceituna, entre otras inmundicias de la peor especie.

Mire cómo lo han puesto todo estos cerdos —se quejó la chica.

Nogueras la observó con cierta lástima. Se le hacía injurioso verla allí de pie, en lo alto de sus finos tacones de aguja y pisando aquellos desperdicios repugnantes mientras los iba barriendo con el cepillo hacia un rincón de la sala. Pero lo que le resultaba más chocante al guardia era verla realizar esta tarea precisamente calzada y vestida como iba, con su minifalda verde de tubo y la apretada blusa de seda negra, amén de los provocativos zapatos de tacón, sin lugar a dudas la indumentaria menos apropiada para este menester. Y sin embargo, ni siquiera ocupada en labores tan subalternas como esa, perdía Mónica ni un ápice de su hermosura, coquetería y majestuosidad, antes al contrario, era delicioso contemplar los movimientos de sus brazos y de sus caderas al compás del cepillo, y cuando agitaba la cabeza para retirarse la larga melena rubia de la cara, volcándola hacia atrás con una sacudida enérgica, Nogueras se volvía loco de deseo.

miércoles, 24 de mayo de 2017

LAS AVENTURAS DEL SARGENTO NOGUERAS Y EL GUARDIA BRIONGOS. (Motoristas de la Guardia Civil de Tráfico). 14ª Entrega


Este es un relato de ficción. Todos los personajes, los lugares y las situaciones son, por lo tanto, imaginarios, y cualquier parecido con la realidad ha de considerarse como una mera coincidencia. Fue publicado por primera vez en el año 2004 en un foro motorista de internet, y debido a determinados pasajes escabrosos de la narración se hizo necesario aplicarle algún tipo de omisión o censura en alguna de las entregas. Se ofrece ahora íntegro en su versión original en este blog, y por tal motivo hemos de advertir que LA LECTURA DE ESTE RELATO NO ES ADECUADA PARA MENORES DE DIECIOCHO AÑOS.



Un relato de Route 1963

Mónica le entregó el cuchillo de muy mala gana, sin disimular un mohín de disgusto, pero este gesto, que los exaltados parroquianos debieron de interpretar como una rendición por parte de ella, tuvo la deseable virtud de acallar su ira y sosegar sus ánimos hasta el punto de que ahora sólo se escuchaba un ligero murmullo en el local. Nogueras respiró hondo pensando en que no tardando mucho conseguiría hacerse con la situación y seguramente quedarse a solas con la camarera, que en el fondo era lo único que de verdad estaba deseando. Y sin embargo ahora ya no se atrevía a mirarla como antes, ante el temor de que si lo hacía pudiera volver a despertarse el monstruo implacable y viril que moraba en su entrepierna. Así es que durante un momento procuró apartar sus ojos de ella, pero ella seguía allí, tan cerca de él, que a Nogueras le resultaba imposible olvidarse de su presencia y de todo lo que ésta significaba. Incluso a la relativa distancia que les separaba y a pesar de la atmósfera cargada del bar, el sargento podía percibir el olor corporal de la chica, ciertamente grato, lo cual acrecentaba dolorosamente su turbación e incertidumbre. ¡La mare de Deu, no sólo está como un tren, sino que además huele de la hostia, la muy cabrona!, fue lo que pensó Nogueras en aquel instante, y no había terminado todavía de asimilar estas nuevas sensaciones que le transmitía la camarera, cuando una voz hosca y enérgica saliendo de la masa abigarrada de parroquianos vino a sacarle bruscamente de su ensimismamiento:

¿Se puede saber quién eres tú y qué haces ahí, detrás de la barra?

lunes, 15 de mayo de 2017

LAS AVENTURAS DEL SARGENTO NOGUERAS Y EL GUARDIA BRIONGOS. (Motoristas de la Guardia Civil de Tráfico). 13ª Entrega


Este es un relato de ficción. Todos los personajes, los lugares y las situaciones son, por lo tanto, imaginarios, y cualquier parecido con la realidad ha de considerarse como una mera coincidencia. Fue publicado por primera vez en el año 2004 en un foro motorista de internet, y debido a determinados pasajes escabrosos de la narración se hizo necesario aplicarle algún tipo de omisión o censura en alguna de las entregas. Se ofrece ahora íntegro en su versión original en este blog, y por tal motivo hemos de advertir que LA LECTURA DE ESTE RELATO NO ES ADECUADA PARA MENORES DE DIECIOCHO AÑOS.



Un relato de Route 1963

Pero resultó que nada más abrir la puerta el sargento Nogueras ya notó algo raro en el ambiente. Tenía un olfato especial para percibir enseguida las situaciones anómalas, cualesquiera que fuesen. Y esta consistía, a primera vista, en que el breve pasillo que conducía al bar estaba atestado de personas que intentaban salir y de personas que intentaban entrar, y todas dándose codazos y empujones y profiriendo palabras subidas de tono con un humor ciertamente agrio. Flotaba en esa atmósfera enrarecida un rumor bronco como de riña multitudinaria, como de revuelta popular ante algún asunto de naturaleza desconocida, pero que había tenido por lo menos la maligna propiedad de encabronar a las masas. Unas masas compuestas casi en su totalidad por camioneros rudos y desastrados viajantes de comercio con aspecto de haber hecho muy malos negocios en las últimas horas. Y fue en ese momento cuando Nogueras lamentó haberse dejado su pistola reglamentaria en casa, porque ahora, por lo que pudiera pasar, no habría estado de más llevarla consigo. De todos modos, para no ser menos que los demás, fue a codazos y a empujones con los que entraban y con los que salían como consiguió llegar hasta el bar. Y lo que vio allí le dejó estupefacto.

miércoles, 10 de mayo de 2017

LAS AVENTURAS DEL SARGENTO NOGUERAS Y EL GUARDIA BRIONGOS. (Motoristas de la Guardia Civil de Tráfico). 12ª Entrega


Este es un relato de ficción. Todos los personajes, los lugares y las situaciones son, por lo tanto, imaginarios, y cualquier parecido con la realidad ha de considerarse como una mera coincidencia. Fue publicado por primera vez en el año 2004 en un foro motorista de internet, y debido a determinados pasajes escabrosos de la narración se hizo necesario aplicarle algún tipo de omisión o censura en alguna de las entregas. Se ofrece ahora íntegro en su versión original en este blog, y por tal motivo hemos de advertir que LA LECTURA DE ESTE RELATO NO ES ADECUADA PARA MENORES DE DIECIOCHO AÑOS.



Un relato de Route 1963

En las largas rectas de la nacional 296 el sargento Nogueras se dedicó durante un buen rato a prepararse para el reto que se avecinaba. No era este el terreno en donde iba a medirse con Venancio, desde luego, pero tampoco estaba dispuesto a gastar energías en balde metiéndose por carreteras más complicadas, que además escaseaban en la comarca. Y sobre todo no quería demorarse mucho, porque estaba deseando volver a ver a Mónica, la celestial camarera del motel, y tenía interesantes propuestas que hacerle antes de que se presentase Venancio. Así es que fue aquí en donde probó el estado de forma actual de la ZZR-1100, empezando por la aceleración del motor en marchas cortas, que seguía siendo absolutamente brutal, y continuando por los frenos, perfectamente dosificables y dispuestos a responder con asombrosa eficacia a todas las demandas que se les hiciera. Por último, las suspensiones y la presión de los neumáticos, dos de las cosas más importantes a la hora de pretender ir a saco en un puerto de montaña, no terminaron de convencerle, las primeras por demasiado blandas y los segundos por demasiado duros, así es que tomó la decisión de subsanar estas anomalías, en la medida de lo posible, en cuanto se detuviera a repostar. Mientras llegaba a la gasolinera que tenía previsto estuvo ejercitándose físicamente durante varios kilómetros moviendo el cuerpo encima de la moto y simulando tumbadas, movimientos de caderas, de rodillas y de brazos, hasta que empezó a encontrarse cómodo y seguro de sí mismo. No se le olvidaba el hecho de que la CBR-900 de Venancio era una moto más ágil y ligera que la suya para afrontar el complicado ascenso al Alto del Tossal, pero él confiaba en esos recursos y habilidades propias que tantas veces había tenido ocasión de demostrar como motorista de la Guardia Civil de Tráfico. Y mentalmente iba recreando en su cabeza todas y cada una de las rectas y curvas del Puerto en su correspondiente orden, pues se conocía de memoria el recorrido y podía verlo con los ojos cerrados, que era eso lo que estaba haciendo, y diseñaba estratagemas, porque sabía que habría zonas en donde tendría que dejar que Venancio se escapase, y calculaba en dónde podría volver a alcanzarle y en dónde volver a dejarle marchar. Empezaba a tener muy clara su estrategia para esta carrera: que el otro tomase desde el principio la iniciativa y rodara siempre delante. En las primeras curvas del descenso hacia la Venta la Reme era en donde Nogueras había previsto asestarle a Venancio unos buenos hachazos, que si bien probablemente no iban a sentenciar la carrera, porque el madrileño todavía tendría tiempo de reaccionar, sí que allanaban el camino para el golpe de gracia definitivo, que tendría lugar en los rápidos y vertiginosos curvones de los cinco últimos kilómetros. Para cuando Venancio quisiera llegar a la meta de la Venta la Reme, Nogueras contaba con estar ya sentado a la mesa con un vasito de vino tinto para darle la bienvenida y amonestarle por el retraso.

martes, 2 de mayo de 2017

LAS AVENTURAS DEL SARGENTO NOGUERAS Y EL GUARDIA BRIONGOS. (Motoristas de la Guardia Civil de Tráfico). 11ª Entrega


Este es un relato de ficción. Todos los personajes, los lugares y las situaciones son, por lo tanto, imaginarios, y cualquier parecido con la realidad ha de considerarse como una mera coincidencia. Fue publicado por primera vez en el año 2004 en un foro motorista de internet, y debido a determinados pasajes escabrosos de la narración se hizo necesario aplicarle algún tipo de omisión o censura en alguna de las entregas. Se ofrece ahora íntegro en su versión original en este blog, y por tal motivo hemos de advertir que LA LECTURA DE ESTE RELATO NO ES ADECUADA PARA MENORES DE DIECIOCHO AÑOS.



Un relato de Route 1963

¡Mi sargento, mi sargento!

Volvió la cabeza. Era Briongos el que se acercaba. Cuando llegó a su altura se dieron la mano efusivamente.

¡Collóns, Briongos, qué alegría verte!

Lo mismo le digo, mi sargento. No se le ha visto a usté el pelico durante estos tres días.

Si yo te contara, Briongos, si yo te contara... —dijo Nogueras algo azorado, sin saber cómo desprenderse del bulto de los zapatos, que se iba cambiando de mano una y otra vez.

Pues cuente usté, mi sargento, cuente usté.

Pero Nogueras no tenía ni la más mínima intención de contarle a su compañero ninguno de los episodios padecidos durante esos tres días en compañía de su malvada esposa. Sin embargo, sí que le podía la necesidad de que alguien le sacara de dudas cuanto antes acerca de aquel tema tan misterioso al que daba vueltas y vueltas de vez en cuando. No estaba muy seguro de que su subalterno fuese la persona más indicada para satisfacer esa curiosidad, y de hecho no podía considerar a Briongos una autoridad en ninguna materia fuera de las relacionadas con el tiro, las armas de fuego y las ordenanzas del Cuerpo, pero como tenía con él más confianza que con el resto de la gente, no tuvo el menor pudor en preguntarle:

Oye, Briongos, dime una cosa. ¿Tú sabes en qué consiste eso que llaman “el beso negro”?

sábado, 22 de abril de 2017

LAS AVENTURAS DEL SARGENTO NOGUERAS Y EL GUARDIA BRIONGOS. (Motoristas de la Guardia Civil de Tráfico). 10ª Entrega


Este es un relato de ficción. Todos los personajes, los lugares y las situaciones son, por lo tanto, imaginarios, y cualquier parecido con la realidad ha de considerarse como una mera coincidencia. Fue publicado por primera vez en el año 2004 en un foro motorista de internet, y debido a determinados pasajes escabrosos de la narración se hizo necesario aplicarle algún tipo de omisión o censura en alguna de las entregas. Se ofrece ahora íntegro en su versión original en este blog, y por tal motivo hemos de advertir que LA LECTURA DE ESTE RELATO NO ES ADECUADA PARA MENORES DE DIECIOCHO AÑOS.



Un relato de Route 1963

DONDE LAS DAN, LAS TOMAN

Tal y como estaba previsto, el jueves al amanecer la mujer del sargento Nogueras se embarcó en un autobús con destino a Benidorm en compañía de otras esposas y familiares de los guardias civiles del cuartel de Ventolana. O esto es al menos lo que, en buena lógica, debió de suceder, porque a tan temprana hora Nogueras dormía todavía como un cesto y no la oyó marcharse. Sí es verdad que llegó a sentir desde la profundidad de las opacas brumas del sueño la leve molestia de una nueva acometida erótica de ella, consistente, como de costumbre, en variados roces, restregones, magreos, manoseos y ensalivados lengüetazos de diferente intensidad aplicados con vehemencia sobre el apéndice de su anatomía más susceptible de responder a la llamada del deseo. Sin embargo, esta vez aquel órgano fue incapaz de reaccionar a las demandas provocativas que recibía, y el sargento, consumido de cansancio como estaba después de tres días de riguroso secuestro conyugal en los que, entre otras cosas, había padecido una gastroenteritis aguda de la que aún convalecía, ni siquiera llegó a despertarse. Y eso fue lo que salió ganando, pues de haberse despertado en mitad de las manipulaciones de su lujuriosa señora, ella probablemente le habría obligado, a modo de homenaje de despedida, a practicar aquella perversión conocida como beso negro, que Nogueras no acababa de imaginar muy bien en qué podía consistir, aunque, eso sí, tonto no era y no se le escapaba que debía de tratarse por fuerza de una retorcida perversión sexual a buen seguro aderezada con una monumental cochinada como principal ingrediente.

Pero lo cierto es que cuando al fin consiguió despertarse y abrir los ojos, lo primero que descubrió fue que ya era mediodía y su mujer se había marchado dejándole venturosamente solo. Sobre la mesilla de noche encontró entonces las llaves de casa y el teléfono móvil junto a una nota manuscrita de ella en la que se leía:

Cariño, por fin han aparecido tus llaves y tu teléfono. Te llamaré desde Benidorm. Pórtate bien, mi héroe, y piensa mucho en mí. Mil besos.

domingo, 9 de abril de 2017

LAS AVENTURAS DEL SARGENTO NOGUERAS Y EL GUARDIA BRIONGOS. (Motoristas de la Guardia Civil de Tráfico). 9ª Entrega


Este es un relato de ficción. Todos los personajes, los lugares y las situaciones son, por lo tanto, imaginarios, y cualquier parecido con la realidad ha de considerarse como una mera coincidencia. Fue publicado por primera vez en el año 2004 en un foro motorista de internet, y debido a determinados pasajes escabrosos de la narración se hizo necesario aplicarle algún tipo de omisión o censura en alguna de las entregas. Se ofrece ahora íntegro en su versión original en este blog, y por tal motivo hemos de advertir que LA LECTURA DE ESTE RELATO NO ES ADECUADA PARA MENORES DE DIECIOCHO AÑOS.



Un relato de Route 1963

Cuando iba a salir del cuarto de baño escuchó el sonido de una moto. No, no eran figuraciones suyas, lo que estaba oyendo eran los acelerones del motor de la CBR-900-RR Fire Blade de Venancio, y el sonido le llegaba a través del alto ventanuco de ventilación que se abría muy cerca del techo. Estaba lo bastante débil como para intentar una acrobacia, pero aún así merecía la pena, así es que se subió al borde de la bañera y luego con cuidado puso un pie sobre la hornacina de loza del papel higiénico y se encaramó hasta el ventanuco. Ya lo había hecho otras veces. Apenas si le cabía la cabeza por aquel estrecho hueco de obra practicado en la pared, pero enseguida se asomó, miró hacia abajo y vio a Venancio agachado junto a su moto y empapado en sudor. Venancio, sargento y motorista quemado, como él, estaba destinado en las oficinas de la casa cuartel en donde también, casi tabique con tabique con el suyo, tenía su domicilio provisional en tanto que le cambiaban de destino. Odiaba ese tipo de poblachones de provincia que tan bien como ninguno representaba Ventolana y había solicitado el traslado. Podía decirse que eran vecinos, pero nunca se habían llevado demasiado bien, entre otras cosas porque Nogueras le tenía catalogado como el típico chulo madrileño impertinente y macarra, y por más que se esforzaba no terminaba de caerle en gracia. Y esa antipatía parecía recíproca, porque tampoco Venancio le consideraba a Nogueras precisamente como santo de su devoción. El ventanuco de ventilación daba a un patio trasero, apartado de las dependencias principales del cuartel, en donde los guardias aparcaban y reparaban, cuando era necesario, sus motos particulares. No había muchas en esta ocasión, apenas media docena, a saber, un par de Vespas, una Ducati antigua, una Honda Paneuropean, la CBR de Venancio y la propia ZZR de Nogueras, cubierta con una funda azul. Debían de ser alrededor de las cinco de la tarde y el sol caía a plomo sobre el patio abrasando la capa de cemento oscuro del pavimento. Y sin embargo allí abajo estaba el sargento madrileño de paisano, todo sudoroso, ajustando el ralentí de su Honda y pegando unos innecesarios acelerones en vacío que hacían temblar hasta la fachada del edificio. Nogueras le llamó:

¡Venansio!, ¡Venansio!

domingo, 2 de abril de 2017

LAS AVENTURAS DEL SARGENTO NOGUERAS Y EL GUARDIA BRIONGOS. (Motoristas de la Guardia Civil de Tráfico). 8ª Entrega


Este es un relato de ficción. Todos los personajes, los lugares y las situaciones son, por lo tanto, imaginarios, y cualquier parecido con la realidad ha de considerarse como una mera coincidencia. Fue publicado por primera vez en el año 2004 en un foro motorista de internet, y debido a determinados pasajes escabrosos de la narración se hizo necesario aplicarle algún tipo de omisión o censura en alguna de las entregas. Se ofrece ahora íntegro en su versión original en este blog, y por tal motivo hemos de advertir que LA LECTURA DE ESTE RELATO NO ES ADECUADA PARA MENORES DE DIECIOCHO AÑOS.



Un relato de Route 1963

No consiguió el sargento Nogueras salir de su domicilio ni el lunes, ni el martes, ni el miércoles. Tampoco pudo comunicarse por teléfono con el exterior, y menos aún por el móvil, que ni siquiera lo encontró, como tampoco encontró las llaves de la casa. Durante esos tres días los asaltos sexuales de su esposa (él se habría atrevido incluso a calificarlos como agresiones), se fueron sucediendo a intervalos más o menos regulares con breves pausas para dormir un sueño ligero y accidentado que a él le llenaba la cabeza de sobresaltos muy semejantes a los que producían las pesadillas, quizá porque todo esto que estaba viviendo no era, en el fondo, sino una pesadilla. A veces, en mitad de la noche, ella se le subía encima, o le manoseaba, o le pasaba la lengua húmeda por sus partes más delicadas y ya doloridas por el esfuerzo y la tensión constante a la que se veían sometidas, o se le restregaba por el cuerpo como una perra en celo, pero el sargento, cuando se despertaba completamente, no era capaz de discernir si todo aquello había sucedido realmente o sólo lo había soñado.

domingo, 26 de marzo de 2017

LAS AVENTURAS DEL SARGENTO NOGUERAS Y EL GUARDIA BRIONGOS. (Motoristas de la Guardia Civil de Tráfico). 7ª Entrega


Este es un relato de ficción. Todos los personajes, los lugares y las situaciones son, por lo tanto, imaginarios, y cualquier parecido con la realidad ha de considerarse como una mera coincidencia. Fue publicado por primera vez en el año 2004 en un foro motorista de internet, y debido a determinados pasajes escabrosos de la narración se hizo necesario aplicarle algún tipo de omisión o censura en alguna de las entregas. Se ofrece ahora íntegro en su versión original en este blog, y por tal motivo hemos de advertir que LA LECTURA DE ESTE RELATO NO ES ADECUADA PARA MENORES DE DIECIOCHO AÑOS.



Un relato de Route 1963

El primero de los muchos asaltos carnales que en horas sucesivas iban a sucederse entre Nogueras y su mujer se prolongó casi hasta la hora de comer. Para entonces la atmósfera de la habitación ya se había enrarecido como consecuencia del sofocante calor de agosto en aquellas casas antiguas de la Benemérita, humildes y mal ventiladas, y los propios efluvios segregados por sus cuerpos, largo tiempo separados por la indiferencia o la apatía, y que ahora se reencontraban para entregarse con renovada fogosidad a los placeres venéreos. Pero lejos de hallarse satisfecho por este apasionado reencuentro, que Nogueras estimaba simplemente casual dada su reciente condición de héroe, cosa que sin duda había estimulado la libido dormida de su remilgada señora —y podía ser la única razón—, lo que al sargento le apetecía en realidad era escaparse cuanto antes al bar del cuartelillo para comerse un buen plato de ensaladilla rusa fresquita y una ración de chuletas de cordero con unos vasos de vino, tomarse un café largo con hielo y fumarse un espléndido Farias mientras jugaba unas partidas de dominó con otros colegas francos de servicio, para luego, cuando hubiera bajado un poco el sol sofocante del verano, coger su ZZR-1100 y darse una vuelta por las carreteras de la comarca hasta la hora de la cena. Que para eso estaba de vacaciones, y merecidas vacaciones conseguidas en brillante acto de servicio, además, cosa que ocurría raras veces.

domingo, 19 de marzo de 2017

LAS AVENTURAS DEL SARGENTO NOGUERAS Y EL GUARDIA BRIONGOS. (Motoristas de la Guardia Civil de Tráfico). 6ª Entrega


Este es un relato de ficción. Todos los personajes, los lugares y las situaciones son, por lo tanto, imaginarios, y cualquier parecido con la realidad ha de considerarse como una mera coincidencia. Fue publicado por primera vez en el año 2004 en un foro motorista de internet, y debido a determinados pasajes escabrosos de la narración se hizo necesario aplicarle algún tipo de omisión o censura en alguna de las entregas. Se ofrece ahora íntegro en su versión original en este blog, y por tal motivo hemos de advertir que LA LECTURA DE ESTE RELATO NO ES ADECUADA PARA MENORES DE DIECIOCHO AÑOS.



Un relato de Route 1963

AGOSTO ARDIENTE

La heroica proeza del sargento Nogueras y de su compañero Briongos en el Alto del Tossal dio mucho de que hablar en los días siguientes. Por supuesto los periódicos locales se ocuparon de la noticia otorgándole enorme eco y relevancia, relatando con todo lujo de detalles cómo se había desarrollado el suceso y sin escatimar lo más mínimo los merecidos elogios a que los guardias se habían hecho acreedores con su valiente intervención. Asimismo, gentes de toda la comarca de las Tierras Grises hablaban y opinaban sin cesar del tema, engrandeciendo involuntariamente las figuras del sargento valenciano y del número aragonés hasta dotarlas de una excelencia casi mítica que les elevaba por encima de los simples mortales. Extraña actitud esta de las gentes, sin embargo, pues hasta aquel día ambos guardias habían sido notablemente impopulares entre la población autóctona a causa de su estricto celo profesional en la carretera cumpliendo su cometido de imponer sanciones de tráfico y verificar documentaciones y permisos. Y eran tan inflexibles con las infracciones, sobre todo Nogueras, que muchos automovilistas y camioneros conocidos de los contornos ni siquiera se habían dignado saludarles hasta ese mismo momento en que fueron elevados a la condición de héroes. Esto al sargento no podía por menos que sacarle de quicio:

domingo, 12 de marzo de 2017

LAS AVENTURAS DEL SARGENTO NOGUERAS Y EL GUARDIA BRIONGOS. (Motoristas de la Guardia Civil de Tráfico). 5ª Entrega


Este es un relato de ficción. Todos los personajes, los lugares y las situaciones son, por lo tanto, imaginarios, y cualquier parecido con la realidad ha de considerarse como una mera coincidencia. Fue publicado por primera vez en el año 2004 en un foro motorista de internet, y debido a determinados pasajes escabrosos de la narración se hizo necesario aplicarle algún tipo de omisión o censura en alguna de las entregas. Se ofrece ahora íntegro en su versión original en este blog, y por tal motivo hemos de advertir que LA LECTURA DE ESTE RELATO NO ES ADECUADA PARA MENORES DE DIECIOCHO AÑOS.



Un relato de Route 1963

LUCHANDO A BRAZO PARTIDO EN EL ALTO DEL TOSSAL

Subieron en las motos de nuevo con las sirenas apagadas, y al alcanzar la rasante del Alto del Tossal se detuvieron precavidamente a estudiar la situación. En la cima se abría una amplia explanada a modo de mirador panorámico desde el que podía divisarse toda la comarca. Como de costumbre, soplaba un ventarrón fuerte y helado que traspasaba hasta el alma de los guardias después de haber traspasado el fino tejido de sus ropas, de modo que ambos tiritaban de frío como no recordaban haberlo hecho nunca en verano. Lo habitual hubiera sido encontrarse allí arriba media docena de coches aparcados y algunos turistas dispersos, abrigados con jerséis, tomando fotos o mirando por los prismáticos, pero sin embargo esta vez no había nadie. O eso es al menos lo que creyeron al principio, porque según terminaron de coronar la cima del Puerto volvieron a ver el camión, a escasa distancia, rodando lentamente y escorado sobre la llanta derecha trasera ya casi a punto de detenerse. Los dos guardias se miraron con complicidad: era la oportunidad que estaban necesitando para terminar su misión. Avanzaron muy despacio, casi al ralentí. Nogueras dijo:

Ahora con mucho cuidado, Briongos.

Más nos vale, mi sargento.

lunes, 6 de marzo de 2017

LAS AVENTURAS DEL SARGENTO NOGUERAS Y EL GUARDIA BRIONGOS. (Motoristas de la Guardia Civil de Tráfico). 4ª Entrega


Este es un relato de ficción. Todos los personajes, los lugares y las situaciones son, por lo tanto, imaginarios, y cualquier parecido con la realidad ha de considerarse como una mera coincidencia. Fue publicado por primera vez en el año 2004 en un foro motorista de internet, y debido a determinados pasajes escabrosos de la narración se hizo necesario aplicarle algún tipo de omisión o censura en alguna de las entregas. Se ofrece ahora íntegro en su versión original en este blog, y por tal motivo hemos de advertir que LA LECTURA DE ESTE RELATO NO ES ADECUADA PARA MENORES DE DIECIOCHO AÑOS.



Un relato de Route 1963

LUCHANDO A BRAZO PARTIDO EN EL ALTO DEL TOSSAL

Alto del Tossal, 16. Sólo Nogueras pudo ver el cartel indicador. Briongos se había quedado trabado en un adelantamiento a la caravana de vehículos mientras el sargento se le escapaba sin remedio entrando arriesgadamente en las curvas ciegas por el carril contrario para terminar la maniobra. El número no se atrevió a tanto y sólo rebasaba a los vehículos, de uno en uno, o de dos en dos a lo sumo, cuando la visibilidad le indicaba que podía hacerlo sin peligro, de modo que el sargento ya se le había marchado tan lejos que desistió de seguirle y aflojó el ritmo hasta ajustarlo a sus condiciones reales de pilotaje. Nogueras entretanto ya tenía el camión a la vista, apenas a trescientos metros por delante, pero la carretera era tan retorcida que constantemente lo volvía a perder, como si la montaña se lo escamotease, y tardaba un tiempo que se le antojaba eterno en volver a divisarlo, y cuando lo hacía tenía la desconcertante sensación de que la distancia entre ambos en lugar de disminuir se mantenía constante. De todos modos decidió bajar la marcha para que llegase Briongos, al que hacía tiempo que había dejado de ver por los espejos retrovisores. Definitivamente al maño se le seguía atragantando este puerto, pensaba Nogueras, y lo que había hecho en los primeros kilómetros de la subida podía considerarse únicamente como fruto de la casualidad o de un momento especialmente inspirado que no tenía porqué volver a repetirse. Briongos tardó aún un buen rato en establecer contacto con el sargento, cuando éste ya se desesperaba con la demora, con el resultado previsible de que el camión volvió a escaparse tan lejos que pasaron a verle otra vez por encima de sus cabezas, en los tramos superiores que buscaban la cumbre. Fue ahora el sargento quien bajó a la altura de Briongos para hablarle sobre la marcha:

lunes, 27 de febrero de 2017

LAS AVENTURAS DEL SARGENTO NOGUERAS Y EL GUARDIA BRIONGOS. (Motoristas de la Guardia Civil de Tráfico). 3ª Entrega


Este es un relato de ficción. Todos los personajes, los lugares y las situaciones son, por lo tanto, imaginarios, y cualquier parecido con la realidad ha de considerarse como una mera coincidencia. Fue publicado por primera vez en el año 2004 en un foro motorista de internet, y debido a determinados pasajes escabrosos de la narración se hizo necesario aplicarle algún tipo de omisión o censura en alguna de las entregas. Se ofrece ahora íntegro en su versión original en este blog, y por tal motivo hemos de advertir que LA LECTURA DE ESTE RELATO NO ES ADECUADA PARA MENORES DE DIECIOCHO AÑOS.



Un relato de Route 1963

LUCHANDO A BRAZO PARTIDO EN EL ALTO DEL TOSSAL

El número se puso a escudriñar la carretera en la dirección que le señalaba el sargento y pronto lo vio. El espeso tránsito que apenas un rato antes saturaba la 296 se había ido disolviendo poco a poco con la hora del almuerzo y se abrían grandes claros en la larga recta de asfalto que tenían ante ellos. A trescientos metros se acercaba lo que parecía un desvencijado camión Mercedes con la cabina de color verde salpicada de barro y una caja trasera que, en efecto, bien podía pasar por un furgón frigorífico. Cuando lo tuvieron un poco más cerca observaron, no obstante, que su matrícula era española y no rusa, pero para entonces Nogueras ya había tomado la decisión de darle el alto de todos modos, así es que sacó medio cuerpo fuera del arcén y se puso a hacerle señas con el brazo. Fue en ese momento cuando Briongos pudo fijarse en que la placa de matrícula delantera iba sujeta rústicamente al paragolpes con un trozo de alambre retorcido de aspecto muy reciente. Y enseguida sucedió algo tan increíble como inesperado: aquel camión sospechoso, en lugar de obedecer la orden de detención que le había dado Nogueras, pegó un brusco volantazo a la izquierda y empezó a acelerar por el carril contrario adelantando a los vehículos que le precedían. Los dos guardias se miraron embargados por una confusa mezcla es estupor y de miedo.

¡Será fill de puta! —saltó el sargento furioso—. ¡A las motos, Briongos, a las motos!

lunes, 20 de febrero de 2017

LAS AVENTURAS DEL SARGENTO NOGUERAS Y EL GUARDIA BRIONGOS. (Motoristas de la Guardia Civil de Tráfico). 2ª Entrega


Este es un relato de ficción. Todos los personajes, los lugares y las situaciones son, por lo tanto, imaginarios, y cualquier parecido con la realidad ha de considerarse como una mera coincidencia. Fue publicado por primera vez en el año 2004 en un foro motorista de internet, y debido a determinados pasajes escabrosos de la narración se hizo necesario aplicarle algún tipo de omisión o censura en alguna de las entregas. Se ofrece ahora íntegro en su versión original en este blog, y por tal motivo hemos de advertir que LA LECTURA DE ESTE RELATO NO ES ADECUADA PARA MENORES DE DIECIOCHO AÑOS.



Un relato de Route 1963

LUCHANDO A BRAZO PARTIDO EN EL ALTO DEL TOSSAL

Nogueras entró en el motel con paso decidido mientras se quitaba el casco. Tenía la cabeza empapada de sudor. En realidad, el agua le importaba una mierda. De hecho, ni siquiera tenía sed. Sin embargo, el charlar un rato con la camarera sí que le apetecía. Le apetecía mucho. La chica no sólo era extraordinariamente hermosa, sino también amable, locuaz y muy simpática. Quizá demasiado. El sargento se derretía con ella. El sargento y todo el mundo. Habitualmente tenía Mónica una nutrida corte de moscones a su alrededor, todos con la boca abierta y la baba a punto de caerles por las comisuras de los labios. La conocía desde hacía mucho tiempo. Pero hoy estaba sola detrás del mostrador, y al verle llegar le sonrió.

Buenos días, sargento.

miércoles, 15 de febrero de 2017

LAS AVENTURAS DEL SARGENTO NOGUERAS Y EL GUARDIA BRIONGOS. (Motoristas de la Guardia Civil de Tráfico). 1ª Entrega


Este es un relato de ficción. Todos los personajes, los lugares y las situaciones son, por lo tanto, imaginarios, y cualquier parecido con la realidad ha de considerarse como una mera coincidencia. Fue publicado por primera vez en el año 2004 en un foro motorista de internet, y debido a determinados pasajes escabrosos de la narración se hizo necesario aplicarle algún tipo de omisión o censura en alguna de las entregas. Se ofrece ahora íntegro en su versión original en este blog, y por tal motivo hemos de advertir que LA LECTURA DE ESTE RELATO NO ES ADECUADA PARA MENORES DE DIECIOCHO AÑOS.


Un relato de Route 1963

LUCHANDO A BRAZO PARTIDO EN EL ALTO DEL TOSSAL

El sargento Nogueras y el número Briongos eran motoristas de la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil adscritos al puesto de Ventolana, un municipio de mediano tamaño perdido en el corazón continental de la España profunda. Nogueras era valenciano y Briongos aragonés, y aunque ambos llevaban ya varios años destinados en esta árida comarca tan alejada de sus lugares de origen, todavía conservaban esos peculiares acentos que tanto delataban sus respectivas procedencias. Y no sólo sus acentos, sino también las frecuentes apelaciones a sus vírgenes autóctonas (Nogueras a la de los Desamparados, Briongos a la del Pilar), a las que acostumbraban a mentar inconscientemente, a modo de exclamación, sin ningún propósito irreverente ni piadoso. Pero aquí terminaban las semejanzas entre ellos. Porque, en efecto, en todo lo demás eran completamente diferentes y hasta opuestos el uno del otro. Nogueras impulsivo, tenaz, aguerrido y echado para adelante. Briongos reposado, reflexivo, manso y un punto apocado. Y sin embargo a pesar de esto, o precisamente por ello, ambos formaban la mejor patrulla de motoristas del puesto de Ventolana y sus mandos les tenían en gran consideración. Eran los mejores en todos los cometidos que llevaban a cabo. Habitualmente estos cometidos no iban mucho más allá de meras actividades de rutina en la carretera nacional 296 a su paso por la comarca de las Tierras Grises, a la que pertenecía Ventolana, esto es, regulación del tránsito, asistencia en averías y accidentes, comprobación de documentaciones y, llegado el caso, sanción de las infracciones cometidas por los conductores. Pero a veces también se tenían que enfrentar a situaciones más comprometidas, bien fuera la persecución de vehículos sospechosos que no respetaban la señal de alto, atracos en gasolineras, altercados y reyertas en establecimientos públicos, o catástrofes naturales en las que ineludiblemente eran llamados a intervenir en auxilio de las víctimas y a veces con riesgo considerable para sus propias vidas.