domingo, 26 de marzo de 2017

LAS AVENTURAS DEL SARGENTO NOGUERAS Y EL GUARDIA BRIONGOS. (Motoristas de la Guardia Civil de Tráfico). 7ª Entrega


Este es un relato de ficción. Todos los personajes, los lugares y las situaciones son, por lo tanto, imaginarios, y cualquier parecido con la realidad ha de considerarse como una mera coincidencia. Fue publicado por primera vez en el año 2004 en un foro motorista de internet, y debido a determinados pasajes escabrosos de la narración se hizo necesario aplicarle algún tipo de omisión o censura en alguna de las entregas. Se ofrece ahora íntegro en su versión original en este blog, y por tal motivo hemos de advertir que LA LECTURA DE ESTE RELATO NO ES ADECUADA PARA MENORES DE DIECIOCHO AÑOS.



Un relato de Route 1963

El primero de los muchos asaltos carnales que en horas sucesivas iban a sucederse entre Nogueras y su mujer se prolongó casi hasta la hora de comer. Para entonces la atmósfera de la habitación ya se había enrarecido como consecuencia del sofocante calor de agosto en aquellas casas antiguas de la Benemérita, humildes y mal ventiladas, y los propios efluvios segregados por sus cuerpos, largo tiempo separados por la indiferencia o la apatía, y que ahora se reencontraban para entregarse con renovada fogosidad a los placeres venéreos. Pero lejos de hallarse satisfecho por este apasionado reencuentro, que Nogueras estimaba simplemente casual dada su reciente condición de héroe, cosa que sin duda había estimulado la libido dormida de su remilgada señora —y podía ser la única razón—, lo que al sargento le apetecía en realidad era escaparse cuanto antes al bar del cuartelillo para comerse un buen plato de ensaladilla rusa fresquita y una ración de chuletas de cordero con unos vasos de vino, tomarse un café largo con hielo y fumarse un espléndido Farias mientras jugaba unas partidas de dominó con otros colegas francos de servicio, para luego, cuando hubiera bajado un poco el sol sofocante del verano, coger su ZZR-1100 y darse una vuelta por las carreteras de la comarca hasta la hora de la cena. Que para eso estaba de vacaciones, y merecidas vacaciones conseguidas en brillante acto de servicio, además, cosa que ocurría raras veces.

domingo, 19 de marzo de 2017

LAS AVENTURAS DEL SARGENTO NOGUERAS Y EL GUARDIA BRIONGOS. (Motoristas de la Guardia Civil de Tráfico). 6ª Entrega


Este es un relato de ficción. Todos los personajes, los lugares y las situaciones son, por lo tanto, imaginarios, y cualquier parecido con la realidad ha de considerarse como una mera coincidencia. Fue publicado por primera vez en el año 2004 en un foro motorista de internet, y debido a determinados pasajes escabrosos de la narración se hizo necesario aplicarle algún tipo de omisión o censura en alguna de las entregas. Se ofrece ahora íntegro en su versión original en este blog, y por tal motivo hemos de advertir que LA LECTURA DE ESTE RELATO NO ES ADECUADA PARA MENORES DE DIECIOCHO AÑOS.



Un relato de Route 1963

AGOSTO ARDIENTE

La heroica proeza del sargento Nogueras y de su compañero Briongos en el Alto del Tossal dio mucho de que hablar en los días siguientes. Por supuesto los periódicos locales se ocuparon de la noticia otorgándole enorme eco y relevancia, relatando con todo lujo de detalles cómo se había desarrollado el suceso y sin escatimar lo más mínimo los merecidos elogios a que los guardias se habían hecho acreedores con su valiente intervención. Asimismo, gentes de toda la comarca de las Tierras Grises hablaban y opinaban sin cesar del tema, engrandeciendo involuntariamente las figuras del sargento valenciano y del número aragonés hasta dotarlas de una excelencia casi mítica que les elevaba por encima de los simples mortales. Extraña actitud esta de las gentes, sin embargo, pues hasta aquel día ambos guardias habían sido notablemente impopulares entre la población autóctona a causa de su estricto celo profesional en la carretera cumpliendo su cometido de imponer sanciones de tráfico y verificar documentaciones y permisos. Y eran tan inflexibles con las infracciones, sobre todo Nogueras, que muchos automovilistas y camioneros conocidos de los contornos ni siquiera se habían dignado saludarles hasta ese mismo momento en que fueron elevados a la condición de héroes. Esto al sargento no podía por menos que sacarle de quicio:

domingo, 12 de marzo de 2017

LAS AVENTURAS DEL SARGENTO NOGUERAS Y EL GUARDIA BRIONGOS. (Motoristas de la Guardia Civil de Tráfico). 5ª Entrega


Este es un relato de ficción. Todos los personajes, los lugares y las situaciones son, por lo tanto, imaginarios, y cualquier parecido con la realidad ha de considerarse como una mera coincidencia. Fue publicado por primera vez en el año 2004 en un foro motorista de internet, y debido a determinados pasajes escabrosos de la narración se hizo necesario aplicarle algún tipo de omisión o censura en alguna de las entregas. Se ofrece ahora íntegro en su versión original en este blog, y por tal motivo hemos de advertir que LA LECTURA DE ESTE RELATO NO ES ADECUADA PARA MENORES DE DIECIOCHO AÑOS.



Un relato de Route 1963

LUCHANDO A BRAZO PARTIDO EN EL ALTO DEL TOSSAL

Subieron en las motos de nuevo con las sirenas apagadas, y al alcanzar la rasante del Alto del Tossal se detuvieron precavidamente a estudiar la situación. En la cima se abría una amplia explanada a modo de mirador panorámico desde el que podía divisarse toda la comarca. Como de costumbre, soplaba un ventarrón fuerte y helado que traspasaba hasta el alma de los guardias después de haber traspasado el fino tejido de sus ropas, de modo que ambos tiritaban de frío como no recordaban haberlo hecho nunca en verano. Lo habitual hubiera sido encontrarse allí arriba media docena de coches aparcados y algunos turistas dispersos, abrigados con jerséis, tomando fotos o mirando por los prismáticos, pero sin embargo esta vez no había nadie. O eso es al menos lo que creyeron al principio, porque según terminaron de coronar la cima del Puerto volvieron a ver el camión, a escasa distancia, rodando lentamente y escorado sobre la llanta derecha trasera ya casi a punto de detenerse. Los dos guardias se miraron con complicidad: era la oportunidad que estaban necesitando para terminar su misión. Avanzaron muy despacio, casi al ralentí. Nogueras dijo:

Ahora con mucho cuidado, Briongos.

Más nos vale, mi sargento.

lunes, 6 de marzo de 2017

LAS AVENTURAS DEL SARGENTO NOGUERAS Y EL GUARDIA BRIONGOS. (Motoristas de la Guardia Civil de Tráfico). 4ª Entrega


Este es un relato de ficción. Todos los personajes, los lugares y las situaciones son, por lo tanto, imaginarios, y cualquier parecido con la realidad ha de considerarse como una mera coincidencia. Fue publicado por primera vez en el año 2004 en un foro motorista de internet, y debido a determinados pasajes escabrosos de la narración se hizo necesario aplicarle algún tipo de omisión o censura en alguna de las entregas. Se ofrece ahora íntegro en su versión original en este blog, y por tal motivo hemos de advertir que LA LECTURA DE ESTE RELATO NO ES ADECUADA PARA MENORES DE DIECIOCHO AÑOS.



Un relato de Route 1963

LUCHANDO A BRAZO PARTIDO EN EL ALTO DEL TOSSAL

Alto del Tossal, 16. Sólo Nogueras pudo ver el cartel indicador. Briongos se había quedado trabado en un adelantamiento a la caravana de vehículos mientras el sargento se le escapaba sin remedio entrando arriesgadamente en las curvas ciegas por el carril contrario para terminar la maniobra. El número no se atrevió a tanto y sólo rebasaba a los vehículos, de uno en uno, o de dos en dos a lo sumo, cuando la visibilidad le indicaba que podía hacerlo sin peligro, de modo que el sargento ya se le había marchado tan lejos que desistió de seguirle y aflojó el ritmo hasta ajustarlo a sus condiciones reales de pilotaje. Nogueras entretanto ya tenía el camión a la vista, apenas a trescientos metros por delante, pero la carretera era tan retorcida que constantemente lo volvía a perder, como si la montaña se lo escamotease, y tardaba un tiempo que se le antojaba eterno en volver a divisarlo, y cuando lo hacía tenía la desconcertante sensación de que la distancia entre ambos en lugar de disminuir se mantenía constante. De todos modos decidió bajar la marcha para que llegase Briongos, al que hacía tiempo que había dejado de ver por los espejos retrovisores. Definitivamente al maño se le seguía atragantando este puerto, pensaba Nogueras, y lo que había hecho en los primeros kilómetros de la subida podía considerarse únicamente como fruto de la casualidad o de un momento especialmente inspirado que no tenía porqué volver a repetirse. Briongos tardó aún un buen rato en establecer contacto con el sargento, cuando éste ya se desesperaba con la demora, con el resultado previsible de que el camión volvió a escaparse tan lejos que pasaron a verle otra vez por encima de sus cabezas, en los tramos superiores que buscaban la cumbre. Fue ahora el sargento quien bajó a la altura de Briongos para hablarle sobre la marcha: